La magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha abierto juicio oral contra el expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell, su mujer y otras cuatro personas por delito continuado de blanqueo de capitales y organización criminal al integrar presuntamente una red a través de la cual se apropiaron fondos de la Confederación Brasileña de Fútbol (CFB). Al objeto de asegurar las posible responsabilidades que pudieran acordarse para ellos en sentencia, la magistrada impone a Rosell una fianza de 78,6 millones de euros; de 73,3 millones para su socio Joan Besoli; de 66,6 a Pedro Andrés Ramos y la mujer de Rosell, Marta Pineda; y de 53,3 para Shahe Ohannessian y José Colomer. Además, les da un plazo de 24 horas para depositar estas cantidades ya que, de lo contrario, procederá al embargo de sus bienes para cubrir esas sumas.

Además, la magistrada instructora acuerda mantener la prisión provisional decretada en mayo del año pasado para el exdirectivo del Barça y Joan Besolí, al no haber variado las circunstancias que motivaron su actual situación y señala a la Sala de lo Penal para el enjuiciamiento de este procedimiento de la conocida como operación ‘Rimet’.

Hay que tener en cuenta que la fiscal del caso, María Antonia Sanz, pide 11 años de cárcel para Rosell, así como una multa de 59 millones, mientras que para el resto de procesados solicita penas que van de entre seis y once años de cárcel también por blanqueo y organización criminal como es el caso del socio de Besolí, que se enfrenta a diez años de prisión y multa de 55 millones de euros, o de la pareja del principal acusado, Marta Pineda, para la que la fiscal pide siete años de prisión y multa de 50 millones.

Cabe recordar que en su auto del pasado junio, por el cual se procesaba a los seis miembros de esta red, la jueza instructora explicó que todos ellos formaban una estructura estable, conforme a un reparto de roles previamente establecido por Rosell y con la «inestimable intervención» de Besolí, gestor de profesión y titular de un importante número de sociedades y cuentas bancarias en Andorra. De acuerdo con el escrito del Ministerio Público y el relato de la titular del Juzgado Central de Instrucción número 3, las seis personas implicadas en esta investigación crearon un entramado que se lucró de fondos irregulares de la CFB por los derechos de retransmisión de los partidos de su selección, así como de cantidades procedentes del contrato de patrocinio de la firma Nike con la selección de fútbol del país sudamericano. La cantidad blanqueada con estas operaciones ascendería a 19.972.612 euros.

Los procesados crearon sociedades, muchas de ellas ‘offshore’, para ocultar cantidades obtenidas de manera ilícita por el expresidente de la confederación brasileña Ricardo Terra Teixera. Para ello se valieron de dos mecanismos en los que cada uno tenía una función limitada: por un lado, de la interposición de una sociedad pantalla y el uso de un complejo entramado con cuentas en Andorra destinadas a hacer llegar el dinero a Teixeira, investigado en su país por estos hechos; y, por otro lado, simulando la venta la mercantil Bonus Sport Marketing, propiedad de Rosell y su esposa.

Quien fuera socio de Rosell en el país latinoamericano, Teixeira, participó en este entramado consiguiendo que la asociación deportiva que presidió entre 1989 y 2012 firmara contratos de compraventa de los derechos audiovisuales de la Selección Nacional de Fútbol de Brasil en favor de la sociedad International Sports Events (ISE), domiciliada en las Islas Caimán, dirigida por el billonario saudí Saleh Kamel.

Apenas un día antes de la firma del contrato, en noviembre de 2006, Rosell, en representación de la entidad Uptrend (que poseía al 50 por ciento con Besolí), firmó un contrato con el ISE para actuar como supuesta intermediaria en la venta de los derechos de los 24 partidos amistosos por el que percibió 8,3 millones de euros, aunque la cuantía final que obtuvieron de la confederación fue de 15 millones de euros. El dinero fue desviado desde el entramado societario hasta Teixeira, que la recibió «indebida, fraccionada e indirectamente».

En cuanto a la venta de bonus a la libanesa, la operación se produjo formalmente por 13,6 millones de euros pero no fue real, según expone la fiscal del caso ‘Rimmet’, que precisa que tanto Rosell como su mujer continuaron vinculados a la misma y siguieron siendo los principales beneficiarios. Igualmente destaca que Onessian «carecía en absoluto de experiencia en el sector deportivo» y que no hubo transparencia en las operaciones económicas realizadas desde esta sociedad .

En relación con el contrato de esponsorización firmado por la CBF con Nike, los acusados realizaron una serie de operaciones entre los años 2008 y 2011 que culminaron con un ingreso de 5 millones de euros en una cuenta andorrana vinculada a Rosell que después se fueron repartiendo entre el exdirectivo del Barça, Terra Teixeira, una sociedad de Besolí y Ramos. Otra parte del dinero tuvo destino desconocido.

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