"De lo que más orgulloso me he sentido ha sido de nuestra colaboración en proyectos sociales a los que hemos destinado el 1% del presupuesto de cada año"

«Hemos puesto al Colegio en el siglo XXI aunque nos ha faltado dinamizarlo más»

Víctor Medina Fernández-Aceytuno
Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife
Miguel Ángel Autero 20.11.2015 | 02:00
20lo36afot1Víctor Medina Fernández-Aceytuno, en su despacho profesional durante la entrevista. | delia padrón

 
Tras una década como decano del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife (Icatf), Víctor Medina Fernández-Aceytuno (Granada, 1962) decidió a primeros de año no presentarse por tercera vez. En esta entrevista hace balance de sus dos mandatos al frente del Icatf. Asegura que ha modernizado el Colegio y que ha impulsado numerosos programas de formación. Hoy, más de 3.670 colegiados están llamados a las urnas para elegir a la nueva junta directiva entre las tres candidaturas que lideran Marlene Martín, José Luis Sánchez-Parodi y José Manuel Niederleytner.

¿Qué balance hace de su gestión a lo largo de estos diez años?

Positivo, extraordinariamente positivo.

¿De qué es de lo que se siente más orgulloso de su labor como decano? Extiéndase algo más…

Le podría decir que tenemos delegaciones en el sur y en el norte cuando antes no habían, o que hemos rebajado el recibo que se le cobra bimensualmente a los colegiados: de 80 a 65 euros, lo que supone casi un 50% de rebaja si tenemos en cuenta el IPC estatal; o que somos pioneros en comunicación entre los colegios de España, habiendo sido los primeros que instauramos el Whatsapp como herramienta de trabajo; o que solo dos colegios de abogados de los 83 de todo el país que realizaron huelga del turno de oficio; o que hemos conseguido que el Tribunal Supremo se pronuncie contra los recortes en el turno; o que fuimos la punta de lanza en la lucha contra las tasas, hoy derogadas para los particulares; o que cuando llegamos había un cóctel al año que acababa a las seis de la tarde y hoy hay cuatro, uno de ellos en el sur y otro en el norte, y el de Navidad de Santa Cruz, al que acuden casi un millar de abogados, empieza de día y acaba de noche. Pero estando orgulloso de todo ello, lo que más me satisface de nuestra labor en estos diez años es sin duda de nuestra colaboración en proyectos sociales con el 1% del presupuesto. Hemos ayudado desde escuelas de Perú, hasta el comedor de La Noria; desde el Tsunami de Asia al proyecto de madres con problemas en Santa Cruz de Tenerife. Ylo hemos hecho no con el trasnochado 0,7% del presupuesto, sino con el 1% que instauramos nosotros. De eso es de lo que más orgulloso me siento, porque es esa ayuda a los demás la que refleja el espíritu de nuestra profesión. Somos abogados y nuestro trabajo consiste en eso, en ayudar a los demás.

Se nota que es abogado y que me ha hecho caso, se ha despachado bien con la respuesta. Pero haga autocrítica. ¿Qué cree que ha podido mejorarse?

Solo dos cosas le diré: no hemos dinamizado la vida colegial en el día a día, ya que a las juntas generales siguen asistiendo muy pocos colegiados, y el servicio de mediación que creamos ha sido un fracaso. Ojo, hay más cosas que hicimos mal, pero déjeme que se las diga a mi sucesora o sucesor y solo a él. Tampoco se trata de hacernos aquí el harakiri.

¿Cómo se encontró el Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife y cómo lo deja?

Nos lo encontramos anclado en el pasado. Más que un colegio del siglo XX, tenía ciertas respuestas incluso decimonónicas. Y está claro que lo dejamos como un colegio del siglo XXI, puntero en todo lo tecnológico, en redes sociales y muchísimo más vivo de como estaba.

¿Por qué ha decidido no presentarse para un tercer mandato si ya se eliminó de los estatutos el tope de dos elecciones?

Porque considero que diez años es una etapa lo suficientemente importante en una vida o en una gestión y ha llegado el momento de dar paso a gente nueva para que lo hagan mejor o quien sabe si peor.

El consejero de Justicia del Gobierno de Canarias, Aarón Afonso, ha dicho que no se van a abonar los algo más de dos millones de euros que ustedes le han reclamado tras ganar en el Supremo el litigio por la reducción dineraria en conceptos a los abogados del turno de oficio, orden que se dictó en 2010. ¿Acudiría a los tribunales para reclamar el abono?

Por supuesto que es lo que vamos a hacer y serán los tribunales los que, al igual que anularon los recortes impuestos por el Gobierno regional, los que restablecerán la situación jurídica creada con esta negativa por parte de la Consejería.

Afonso señaló en comisión parlamentaria que las cantidades solicitadas ni se ajustaban a los conceptos debidos ni se correspondían con las cuantías derivadas por subvenciones a infraestructuras.

Lo único que es incuestionable es que el Tribunal Supremo anuló una serie de rebajas y la consecuencia de esa anulación no puede ser otra que la de restablecer los derechos cercenados con esa orden que fue anulada. No hay que ser abogado para entenderlo, ni siquiera un lumbreras. Hay que restituir las cantidades detraídas porque el Supremo nos ha dado la razón.

¿Confía en que el decreto de 2012, que aún continúa en la vía judicial, tenga el mismo recorrido en los tribunales y terminen dándoles a ustedes la razón?

Creemos que sí porque si no, no hubiésemos recurrido, pero todos sabemos que a veces los tribunales te dan la razón y en otras ocasiones, no, aunque la tengas.

Hoy son las elecciones para elegir a los miembros de la nueva Junta directiva del Colegio. Junto a José Manuel Niederleytner se presentan otros dos candidatos, José Luis Sánchez-Parodi y Marlene Martín, que han formado parte de su equipo en los últimos diez años. ¿Tiene preferencias? ¿Tiene el corazón partío?

Sería hipócrita si dijera que no. Claro que tengo una preferencia y claro que voy a votar por quien creo que presenta la mejor candidatura y proyecto, pero mi posición actual me invita a ser prudente y no exponer en público mi opinión u opción.

Una respuesta políticamente correcta. Resalte entonces alguna de las cualidades que seguro tiene cada uno de los candidatos.
De Marlene Martín, sin duda, su capacidad de trabajo; de José Luis Sánchez-Parodi, su nombre, y de José Manuel Niederleytner, digamos que es un abogado antiguo.

¿Qué retos cree que se le presentan a la nueva Junta que salga elegida hoy?

Probablemente uno de los fallos que hemos tenido en los diez años de mandato de nuestro equipo quizás haya sido no haber sabido dinamizar lo suficiente la vida colegial. Es necesario que a las juntas generales acudan más compañeros y eso no lo hemos sabido hacer. Ese es un reto porque es importante que los compañeros se sientan copartícipes de la gestión.

¿Cómo han funcionado las comisiones estatutarias y extraestatutarias?

Han funcionado de forma extraordinariamente brillante gracias a la magnífica gestión del delegado de la junta para las comisiones, que es Eduardo Arias y al que quiero lanzar mi más sincera felicitación.

Sánchez-Parodi, Martín y Niederleytner coinciden en sus proyectos en trabajar por la transparencia del Colegio. ¿Ha faltado durante su mandato?

Puede ser que ese sea otro de los fallos que hayamos podido tener. No obstante, también es verdad que hemos sido pioneros en comunicación y redes sociales. Pero quizás nunca sea suficiente y un poquito más de transparencia nos hubiera venido bien.
También apuestan por una mayor formación de los letrados, muy necesaria siempre, sea para los jóvenes letrados como para quienes peinan canas.

Ahí discrepo. Cuando llegamos al Colegio podemos decir que había uno o dos cursos al año, y casi todos los años había uno de Derecho Eclesiástico. Ahora hay un curso de Derecho Eclesiástico cada diez años y unos quince cursos diferentes cada año. Además el concepto de cursos gratuitos que han planteado algunos de los candidatos es un concepto curioso porque lo primero que hicimos hace diez años fue poner cursos gratuitos y lo que sucedió fue que los compañeros no se apuntaban. No sé los motivos, si es que se piensa que lo que es gratis no tiene calidad o qué, pero lo cierto es que no se apuntaban. Entonces lo que hicimos fue establecer unos precios casi testimoniales. Por eso creo que la cuestión de poner precio o no a los cursos no es motivo de nada. Lo que está claro es que la formación se ha multiplicado por mil en esta última década y ha sido muchísimo más completa. De todas formas creo que la formación gratis tampoco es buena.

Si no estoy confundido a lo largo de este año han entrado en vigor, entre leyes y reformas legislativas, 48 normas. ¿Destacaría alguna de ellas? ¿Habría que derogar otras?

Hay un montón de normas importantes que han entrado en vigor y no quiero poner el foco en alguna en concreto. Sí, en cambio, quiero llamar la atención de lo sumamente exigente que es esta profesión donde el reciclaje permanente no es solo una aspiración, sino una obligación para los abogados. Cada día nos encontramos con nuevas normativas que vienen a cambiar de manera radical la anterior y tenemos que estar al día porque los ciudadanos acuden a nosotros para consultarnos y tenemos que dar un consejo ajustado.

 

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