"La Justicia en España no funciona y no soy optimista para el futuro"

VÍCTOR MEDINA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO DECANO DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

Álvaro Morales, Tenerife 20/dic/15 06:46 Edición impresa1450594059312k

Tras diez años, en breve dejará de dirigir el Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife satisfecho del balance, aunque no muy optimista sobre el futuro de la Justicia española y en Canarias porque teme que problemas como el de su tardanza sigan dilatándose. El abogado Víctor Medina Fernández-Aceytuno reflexiona aquí sobre la institución y el mundo del derecho, al que considera un pilar básico de la democracia que debe ser mucho más mimado.

¿Se va feliz, aliviado…?

Me voy muy satisfecho con el trabajo en la junta de gobierno.

¿Básicamente por qué?

Pues porque, en 10 años, no solo no hemos mantenido, sino bajado bastante las cuotas; además, de tener una sede hemos pasado a dos en el Norte y Sur. Hemos sido uno de los dos colegios de España que hemos hecho huelga contra los recortes del turno de oficio, que, encima, fue un éxito absoluto…

Les dieron la razón, vaya…

Sí, porque no hay nada mejor que te la dé el Supremo. Si hablamos de las tasas judiciales, sobre las que encabezamos la lucha en España, también estamos enormemente satisfechos porque se consiguió, al menos, la derogación para las personas físicas, aunque quedan las jurídicas. Pero el paso es importantísimo. Asimismo, al llegar se arrastraban una serie de comportamientos, digamos, más antiguos y los hemos modernizado.

¿Qué comportamientos?

La comunicación, por ejemplo.

No era acorde con el siglo XXI.

Ahora sí está adaptada. Fuimos pioneros con WhatsApp, Facebook…

¿Pioneros en España?

Sí. Después introducimos aplicaciones, lo de infojuzgados… Este balance nos hace estar orgullosos, aunque lo que más me satisface es haber aplicado el 1% del presupuesto a causas sociales, desde colegios de Perú a monjas de la calle La Noria, tsunamis terribles…

¿Cuánto supone eso al año?

Unos 17.000 o 18.000 euros.

¿Es su principal logro?

Me iré con la satisfacción de esa ayuda concreta, desinteresada y que, en el fondo, viene a plasmar lo que es la esencia de la abogacía: la ayuda a los demás.

Aunque es una cifra controlable, ¿comprueban su destino, pues no todas las ayudas llegan?

Por supuesto, se han ido viendo todos los resultados.

¿Y en el debe: qué falló, qué faltó?

Alguna cosa me la reservaré para comentarla con mi sucesor, pero no hemos sabido gestionar cuestiones sobre mediación, y eso que creamos un organismo para facilitarlo, y también nos faltó involucrar más a los compañeros en la gestión, por lo menos en las juntas generales. Ha habido un déficit de participación de los compañeros solo achacable a nosotros…

¿Por desinterés, desborde…?

Siempre hay que generar el interés; siempre es culpa de la junta.

¿Antes se participaba más?

No, pero siempre fue nuestro reto y no lo hemos logrado, no hemos sabido excitar a los compañeros para que se involucren más…

Pero eso choca con los nuevos tiempos, de más participación…

Los que vamos a las juntas somos una cifra de un solo dígito, y eso no puede ser en un colectivo de más de 3.000. No puede ser que a la junta de presupuesto no vaya nadie porque demuestra desapego…

Sin embargo, sí hubo alta participación en las elecciones…

Sí, y se debe al buen trabajo de los 3 candidatos: fue la mayor participación de la historia.

¿Queda el colegio en buenas manos?, ¿qué futuro le augura?

Brillantísimo. Los gestores lo llevarán de forma magnífica.

¿Han sido, pues, elecciones ejemplares o hubo juego sucio?

Desde luego, no puedo decir que haya visto ningún juego sucio; no ha habido ni una descalificación, más allá de pequeños rifirrafes normales en todo proceso electoral.

¿Hacia dónde debe ir el colegio?

Se debe profundizar en la gestión de estos 10 años, también ampliar la transparencia y conseguir que los compañeros participen más.

¿Y hacia dónde ha de ir la justicia en España?

Como debería suceder con la educación, y no ha sucedido, o la sanidad, las pensiones… debería salir del debate electoral. Se tiene que buscar un gran pacto entre los grandes partidos y llevar a los políticos que la justicia es un pilar esencial del estado social, democrático y de derecho que nos dimos.

¿Esencial o el más importante?

Hombre, hay que tener en cuenta la sanidad y la educación…

Ya, pero están entroncadas con la justicia, pues una mala sanidad es básicamente injusta…

Por supuesto, a la justicia hay que tratarla bien, con amor; se necesita amplitud de miras en los presupuestos, pues es lo que nos permite realizarnos como individuos. Es clave que la respuesta de la justicia sea rápida, eficaz, fundamentada y, claro, para eso hace falta medios.

Pero siempre hay apuestas: ¿qué le parecieron las propuestas de los partidos sobre justicia?

No las he visto como para pronunciarme.

¿Teme una regresión?

Ya ha habido una achacada a la crisis y confío en que los nuevos tiempos que se abran desde estas elecciones (de hoy) nos lleven a una mejora en la justicia.

Pero, por ejemplo, ¿al fin se renovará el Consejo del Poder Judicial?

Se han buscado muchas fórmulas y aún no se ha dado con la adecuada. Lo que no me parece de recibo es la vinculación partidista que hacen, en muchos casos, los miembros del consejo al partido que te elige: cuando te propone un partido y eres elegido, ya no tienes ninguna deuda con nadie.

A lo mejor el problema, simplemente, es la forma de elección…

También hay que mirar históricamente, pues no podemos olvidar que venimos de una dictadura y que cuando, por fin, llega la Transición y la democracia, el poder del legislativo es el que emana del pueblo, por lo que parece lógico, desde el punto de vista histórico, que ese poder legitimado tenga una influencia, no diré que controle, pero sí tenga capacidad decisoria sobre el judicial. Es como lo de los aforados, que todo el mundo se escandaliza y quizás sean muchos y ya es hora de reformarlo, pero existen para evitar situaciones no deseables…

Que se denuncie muchas veces a un presidente, por ejemplo…

Exactamente.

También hay parlamentos que designan senadores para aforarlos, y no hay que irse muy lejos…

Ya, esa es la perversión del sistema, pero es bueno conocer la historia para saber por qué se ha llegado aquí. Hay defectos y debe mejorarse, pero tampoco debemos llevarnos las manos a la cabeza y decir que algo así no es posible.

Pero, ¿a qué país debería mirar España para elegir ese Consejo?

Es algo difícil. Vamos a ver qué sucede con las elecciones y, como va a haber necesariamente pacto, qué sale de esos acuerdos.

¿La necesidad de pacto con este escenario de 4 partidos potentes será beneficiosa para la justicia?

Creo que sí, es bueno que nos acostumbremos a pactar, negociar, que haya que ceder y dar, aunque es más importante que el resultado es el que quiere la sociedad. Es muy fácil quejarse de los políticos, pero tenemos los que queremos y tienen un plus de legitimidad incuestionable.

¿Cree que esa situación cambiará leyes como la de educación, seguridad, reforma laboral, las tasas de las personas jurídicas…?

Es probable. Me imagino que entrará en el juego de negociaciones de los partidos del gobierno. Tendrán que acercar posturas y, probablemente, las tasas formarán parte de ese juego…

¿Y la ley de enjuiciamiento criminal, que data del siglo XIX: no es hora ya de adaptarla al XXI?

Y no solo esa, que ya ha tenido una pequeña y reciente reforma, sino muchas otras normas. El problema aquí es que la Administración de Justicia en España no funciona. Eso es una realidad que nadie puede negar y se requieren soluciones imaginativas. Probablemente, los cambios legislativos tengan que buscar racionalizar la Justicia; no pueden ser los tiempos de respuesta tan dilatados.

Está claro que todo esto es complejo y no hay varitas mágicas, pero ¿qué soluciones viables y realistas hay que no se han aplicado?

Si fuera sencillo, ya se habría dado. Hay que empezar por la educación. Tenemos que introducir en la cultura ciudadana la mediación, conciliación, llegar a acuerdos, aprender a ceder, pues es en una sociedad del todo o nada.

Tendente al conflicto…

Sí, porque apenas hay margen: esto lo quiero porque tengo razón y punto, cuando, a veces, a lo mejor la otra parte también lleva razón y lo quiere de otra forma: por eso hay que conseguir acomodar esas dos querencias y llegar a un acuerdo, pero nos falta educación.

Ese argumento, sin embargo, podría entroncar con el dado para las tasas, que se supone que buscaban aligerar la Justicia y evitar colapsar los juzgados, reducir las demandas, conflictos, denuncias… Aunque al final logras mucha más desigualdad…

Ya, pero eso es como si quiero evitar colapsar la sanidad matando a los pacientes. Es absurdo. Claro que, si para interponer una demanda hay que pagar 3.000 euros, pues no la pones y habrá muchas menos, pero se está cercenando el derecho a la tutela judicial efectiva, y eso no cabe. La sanidad es igual: si quitas del protocolo de actuaciones ciertas intervenciones, dentistas o no sé qué, habrá más medios y se tardará menos, pero esa no es la solución.

De todos modos, ese cambio cultural, educativo del que habla sobre mediación requiere mucho tiempo y suele primar el corto plazo…

Ya, pero hay que tener vista…

¿No se tuvo en el pasado?

Es muy difícil porque la sociedad actual es cortoplacista, pero para eso están los líderes y las personas con visión…

Ha fallado la luz larga, vaya…

Sí, sin duda, pero hemos fallado todos, no quiero señalar a nadie. Yo mismo, en nuestra actuación colegial, estoy seguro de que muchas veces nuestra actuación debió ser a largo plazo y hubiera sido diferente, y no de apagafuegos.

Pero eso supone meterse en el ADN cultural y es complejo…

Claro, porque somos como somos; y los españoles lo tenemos a gala: somos orgullosos, no nos gusta ceder ni un ápice y forma parte de nuestro acervo, pero eso no quita que tenemos que educar a la gente en una sociedad más flexible a la hora de negociar.

Y frenarse, subirse a una mesa y mirar desde otra perspectiva…

Sí, es como lo de las ramas del árbol, que no dejan ver el bosque.

¿Alguna vez se encaminó esto bien en el pasado, con algún ministro en concreto, alguna etapa, o nunca hemos tenido conciencia de esto…?

Con el anterior ministro fue el desastre más absoluto…

Ya, pero eso es lo negativo: ¿alguien ha tenido luz larga?

El aún ministro es más cercano y tiene buenas formas, y ha mejorado sustancialmente al previo.

¿No se tuvo esa perspectiva en los 80, los 90…?

No es fácil, aunque hubo casos.

¿Y no será por lo anquilosada y conservadora que es la Justicia, que huye tanto de los cambios?

Llevo más de 20 años ejerciendo y hay los mismos problemas: el retraso en dar respuesta no ha cambiado mucho. Hemos renovado los medios tecnológicos y ahora es todo con internet y bases de datos y no ha mejorado…

¿Falta de medios, personas…?

Y no solo eso…

¿Gestión?

Imaginación, aunque tampoco tengo las soluciones.

¿En Canarias estamos mejor, peor, en la media…?

Sí ha sido positivo que las competencias las asumiera la comunidad. Si se analiza la Justicia en donde la tiene el Estado, funciona peor, aunque es verdad que en el País Vasco o en Cataluña funciona mejor que aquí, no sé si porque tienen más medios, dinero…

¿Qué tal con el nuevo consejero?

Bien; nos parece una persona dialogante, cercana, aunque lleva poco.

¿Qué le parece sus propuestas?

Nos han dicho que no a algo que creemos casi de sentido común, lo de la anulación del turno de oficio, pero el trato es bueno y confiamos en que vayan bien las cosas.

¿La Justicia en Canarias mejoraría mucho con más dinero?

No es aritmético; si se multiplicara por 10 el presupuesto de Justicia no se multiplicaría por 10 la agilización, pues son cuestiones estructurales que requieren medios y otras soluciones.

¿Qué 3 medidas tomaría como consejero que no están previstas?

Lo tendría que pensar a fondo, pero acometería más la oficina judicial. Hay una parte del retraso que son las notificaciones a las partes: eso tiene que cambiar, pues no puede ser que hagas tu demanda en plazo y que el pleito tarde 6 meses para empezar.

Aunque sea tirarle piedras al periodismo, ¿no hay un problema con la tutela judicial por las filtraciones a los medios?

Las filtraciones hacen mucho daño a la justicia. No es de recibo que la persona afectada no sea la primera en enterarse. Muchas veces no se sabe de dónde llegan y pueden venir de un funcionario, abogado, procurador, juez…

¿Se está peor ahora en eso?

El problema es que ahora está todo en el escaparate de internet, todo es instantáneo. No me atrevo a decir que es malo, sí más rápido: te llega todo por Whatsapp.

¿Es optimista con la justicia en Canarias y España en el plazo que ha estado aquí: 10 años?

No.

¿Por?

Porque ya llevo muchos años viendo cómo funciona y esto no se resuelve con paños calientes ni con ocurrencias; hace falta no una transición sino una ruptura: ¿cuál es esa solución? No lo sé.

Claro, pero eso crea impotencia, al ser muy crítico y pesimista, al tiempo que no ve soluciones.

Son muchos cambios: el cultural, la oficina judicial, las notificaciones, pero no tengo una varita mágica y, si la tuviera, ya lo hubiera trasladado a los responsables. No puedo ser optimista, y lo soy con todo. Me imagino que, en 10 años, estaremos hablando de lo mismo y daré estas mismas respuestas.

¿Incluso con riesgo de retroceso?

No sé, no me atrevo a decir ni que sí ni que no.

¿Y no hay demasiado ombliguismo y ensimismamiento en el mundo del derecho?

Puede ser, pero, por lo menos los abogados estamos muy pegados a la realidad, porque vivimos de los clientes, de sus problemas. ¿Están otros alejados? Puede ser.

En EEUU, los abogados tienen muy mala fama y, sin embargo, no pueden dejar de vivir sin ellos: ¿es más efectiva la justicia allá?

Lo es más en las películas, que suelen ser muy interesantes y apasionantes, pero no me imagino un sistema como el americano aquí.

¿La elección de fiscales por el ciudadano no la ve aquí?

Eso puede que sí, aunque no me convence. Pero ese mecanismo tan peculiar del derecho en EEUU no va con la mentalidad de aquí.

«Cuanto más dinero tienes, mejor defensa»

Medina se dedicará ahora en exclusiva a su despacho y clientes, aparte de tener «más tiempo para la familia, que es la que más ha pagado esto». Según señala, y dado que no se retribuye, su cargo en el colegio le ha perjudicado económicamente, aunque no niega que también supone un reconocimiento social. Eso sí, se congratula de que, tras esta experiencia, «conozco mejor el derecho y la justicia, pero, sobre todo, a las personas, que es lo mas importante». Reflexionando sobre la justicia, tiene claro que también es producto del sistema capitalista y que, «cuanto más dinero tienes, más opciones de defenderte. Pasa también en la sanidad. Aquí puedes tener más y mejores abogados, peritos, colaboradores: eso es así. Estamos en un estado democrático, social y de derecho, pero en una sociedad capitalista donde el dinero tiene una importancia evidente: la justicia es ciega, pero si tienes más medios, hay más posibilidades de lograr una resolución favorable. Eso es indiscutible». No obstante, defiende con ahínco la labor de los abogados de oficio, que, lejos de lo que podría pensarse, «son de los mejores valorados en las encuestas sobre justicia. Su trabajo es excepcional, solo se puede calificar así. Superan todas las trabas y tienen un componente vocacional muy importante. Por estadísticas y resultados, no temería que, si tienes uno de oficio, aumenten tus opciones de perder. Se ocupan mucho de su cliente».

 

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