La Fiscalía de Odio y Discriminación de Barcelona ha pedido una pena de cinco años de prisión y 600 euros de multa para tres hombres acusados a los que se les acusa de una presunta agresión racista a un vendedor ambulante durante una manifestación de Societat Civil Catalana (SCC) que tuvo lugar el 29 de octubre de 2017.

El escrito de acusación relata que ambos increparon a un vendedor ambulante que ofrecía banderas de España aprovechando la convocatoria de la manifestación, y que «iba ataviado con el turbante propio de la religión Sikh, que profesaba y a cuya comunidad pertenecía», y se trata de la primera acusación fiscal por discriminación a una persona de esta religión.

Los tres hombres le vieron en la esquina de las calles Pau Claris y Casp, «y decidieron, movidos por la aversión que sentían a toda identidad cultural, religiosa y nacional que no coincidiera con la propia, así como por el propósito beneficiarse económicamente», quitarle las banderas, lo que derivó en un forcejeo hasta lograr llevarse las banderas mientras le gritaban ‘moro, musulmán’.

«Le agredieron propinándole puñetazos y patadas en diferentes partes del cuerpo» cada vez que intentaba recuperar sus pertenencias, hasta que un grupo de personas les apartó del vendedor y se alejaron gritando ‘mira, mira, morito, mira’ y exhibiendo las banderas.

Los acusados confundieron el lugar de origen y la religión del vendedor, que es de ascendencia india y sigue la religión Sikh, y el fiscal señala que fueron «sentimientos de menosprecio e intolerancia, por su religión y origen extranjeros» los que motivaron los hechos, por los que se les acusa de un presunto delito de robo con violencia e intimidación además de un delito leve lesiones.

SIMBOLOGÍA NAZI

«Actuaron desde una noción de superioridad vinculada a posiciones radicales (ideología Skinhead nacionalsocialista), de las que tanto su estética como los tatuajes que llevaban eran reflejo», afirma el fiscal sobre los motivos de la agresión.

El fiscal relata que los acusados vestían de negro y con la bandera española atada a la cintura, y describe los tatuajes de simbología nazi y de extrema derecha que llevan dos de ellos: una tela de araña en el codo y una esvástica en la mano, y recoge que uno de los acusados publicó en Twitter una foto «haciendo el gesto de levantar tres dedos evocando el juramento nazi».

Los tres tienen varios antecedentes policiales, han sido denunciados anteriormente por amenazar con una navaja, uno de ellos fue denunciado en 2015 por una falta de lesiones, y otro de ellos fue denunciado «justo después» de la agresión al vendedor por estar implicado en una agresión a personas latinoamericanas, y también fue detenido por agredir y robar a un magrebí.

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